Y cuando menos esperamos nos halló lo que siempre buscamos... Amados - Amando - Agradecidos - Bendecidos"
Las medicinas de la Tierra
Honrar a todas las criaturas y poder beneficiarnos de su Espíritu
Unir el infinito: Cielo y Tierra
Acordar con uno mismo unir en el
propio corazón toda dimensión
El Corazón Eterno
Sentir el Corazón Universal para ser custodios del Amor Eterno que fluye en él
“Re” “Cordis” Volver a pasar por el corazón
Un encuentro inimaginable
Desde Oriente a Occidente, en el Norte y en el Sur, en las distintas tradiciones de todas las culturas del mundo aposentadas en el contacto con la Madre Tierra y la naturaleza, se aprende, y se vive confiando en el Espíritu de cada criatura de este bendito mundo. Todos somos insuflados del mismo Espíritu, el mismo Soplo. Todos tenemos una misma materia y un núcleo de materia incorruptible dentro de nosotros mismos. Habita en el corazón del ser humano y en cada célula del resto de los seres con los que cohabitamos.
atención
A mi propio cuerpo, a la respiración y a la sonrisa
importancia personal
Ofrecer el mejor reflejo posible de mí mismo
confianza
Decidir después del ritual donde deposito la confianza de mí estar en la vida y creer.
Abrir un Umbral donde cada quién pueda relacionarse y recibir las Bendiciones de Cielo y Tierra
Una propuesta que por sus características sólo se ofrece tres veces a una persona en toda la vida. En la semana del recuerdo como experiencia unitaria y trinitaria a la vez. Ya lo dice el TAO “el UNO hace al DOS, el DOS hace al TRES y eso es todo lo que existe”.
Comienza así el ritual con la tirada del libro de las mutaciones de la tradición oriental, el I Ching. Se prepara para la noche, con la luna de fiel guardiana y consejera, fiel reflejo de la luz del sol. Guiño a ser reflejos también nosotros de esa luz impermanente aún en su momento de mínima claridad. La pregunta que se hace se refieres a la mejor actitud que podemos tener los participantes para que el ritual sea venturoso a Cielo y Tierra y nos sirva a cada quién para alumbrar la verdad y la reconciliación del corazón, generalmente maltrecho y escindido por los avatares de la vida. La propuesta radica en que si reconstruimos y honramos la vasija donde se guardan las experiencias de amor podemos recobrar la valentía para amar como siempre lo hemos hecho, con más ganas, más liviandad y alegría que con dudas y miedos.
Así, convocados los siete cuerpos de cada participante, y sabiendo que todos están interconectados comienza el ritual. El altar listo y disponible que preside la figura en madera de copal del Amor Eterno. Y el comienzo con la lectura los hexagramas que acompañan la ceremonia en cuanto a la mejor actitud.
“Es posible dejar de Amar. Sucede cuando te convierte en el propio Amor. Entonces solo tienes que Ser”
A partir de ese momento, las abuelas Agua y Tierra, los abuelos Mezcal y Tabaco, y todas las medicinas de la tierra responderán con tanto o más amor como el que cada quien muestre en su encuentro con ellos. Siempre con respeto, sin miedo. Con la menor solemnidad posible y lo más cerca posible a la propia autenticidad.
Cada ritual es diferente en sí mismo e igual en la esencia que nos convoca… ¡por eso apertura!
LA VOZ , EL SONIDO, EL SILENCIO Y LA RESPIRACIÓN
El devenir del ritual a lo largo de la noche estará basado en la confianza mutua y el apoyo común.
Las plantas, los animales, las siete direcciones, los siete cuerpos, la medicina tradicional china, los elementales, los vientos,… harán lo posible y lo imposible para que cada quien pueda reparar consigo mismo su verdad y sus siguientes pasos sabiéndonos todos acompañados y acompasados por algo más grande que nosotros.