Cuánto más se crea, menos se destruye. Por eso la cantidad de trabajo creador disminuye la cantidad de la destrucción. Si tú con tu arte, que es creación, has cautivado unas cuantas personas, éstas empezaran a levantar el mundo en vez de hundirlo. La cantidad de gente cautivada es la fuerza positiva que aporta la creación.”

—Slava Polunin, payaso—
PROPUESTA EN
TORNO A TRES EJES VERTEBRADOrES
la máxima sensibilidad

REENCONTRÁNDOME
Si no somos rivales y sí compañeros de este viaje, puede verme sin miedo y así también dejar al otro ser quién es. Seres sensibles.

el juego

EL SÍ MÁGICO QUE ABRE PUERTAS
Con la premisa de ser custodios de nuestro cuidado propio y de los demás, abrazar sin miedo cada instante.

LA IMPROVISACIÓN

COMO EN LA VIDA, PROPUESTA Y DECISIÓN
Acoger la propuesta que surja de la interacción abierta con los otros y el mundo y abrazar la incertidumbre. Confiar.

Atrévete a Clown_Arte

Y con suerte nos reiremos de nosotros mismos

La inocencia frente a lo amontonado

Menos es más… Imagina la ternura de una niña que hace posible que  una mariposa llegue a su nariz, no tiene que hacer nada más que ser. El adulto con sus buenas intenciones y armado de lo necesario trata de cazar mariposas que le son esquivas.

En el Clown uno mira de frente lo más importante que hay… a sí mismo.
Se reconoce complejo y disponible a ser un buen amigo suyo. No puede evitar interesarse por todo lo que le rodea como le pasa a los niños y encuentra problemas, sin buscarlos, que le hacen reconvertirse en artificiero de una mirada creativa para resolver lo que sucede.

Va de fracaso en fracaso ganando en entusiasmo por vivir, por ser, por estar, por disfrutar. Se alía con lo que sí puede hacer por sí mismo y los demás y siempre saca la ternura y la vulnerabilidad para mostrarse cómo es, haciendo que las distancias con los otros se acorten. Se siente parte. Se valora.

Alianza entre uno y uno mismo, amor propio

Amarse y saberse valioso pasan inexorablemente por ser y por estar en un continuo baile entre lo que vivo adentro, lo que muestro afuera y lo que comunico sin miedo porque es mi verdad espontánea y honesta.

No existo sin los otros. No soy sin los demás. Una mirada abierta y generosa de admiración por la propia verdad hace que instintiva e instantáneamente esa mirada repercuta en la manera de relacionarme con los demás, sin miedo, con ganas de participar, de aportar, de colaborar.

Las máscaras que nos separan se caen cuando entramos juntos a la vez en un mismo corazón, el que hay en cada uno de nosotros y a la vez tiene su reflejo en el de los demás. Pasar de competir a cocrear, retomar la senda de que juntos es todo lo que podemos compartir.

Para ello, necesitamos sumar la fuerza del niño que somos pese a las dificultades que hemos vivido, con la capacidad del adulto en el que nos convertimos para cuidarnos y dejar de demandar ese cuidado a otros con el espíritu del alma de Algo más Grande que nosotros que siempre está en movimiento poniendo en aprietos lo que ya creíamos haber aprendido.

Hablamos de comunicación, de salir de la propia cueva donde nos hemos encerrado cuando nos dolió mucho vivir y volver a decir aquí estoy, sí quiero volver a intentarlo. Se trata de mirarnos sin juicio. Se trata, por tanto, de encontrar patrones antiguos que nos quitan la libertad, para reencontrarnos con lo esencial e inmaculado que hay en nosotros, siempre perenne, incluso a pesar de nosotros mismos y las circunstancias que hemos vivido.

Para ello, entrenaremos la mirada panorámica, la escucha interna y externa, la vitalidad y disponibilidad de nuestro cuerpo, la agilidad y capacidad creativa de nuestra mente, la sonrisa sincera, el dolor sin máscaras, el amor vívido.

Jugaremos a intentarlo una y otra vez hasta que suceda el milagro, sabernos afortunados de estar vivos y comprometernos con ser nuestra mejor versión posible para construir con el resto la sociedad que soñamos. En Paz.

“La nariz de payaso es la máscara más pequeña del mundo. Esa es la razón por la que al ponérnosla nos comprometemos con mirar a través de nuestro corazón.
Solo así, esa máscara diminuta hace que toda nuestra verdad salga a la luz, dejando de habitar las propias tinieblas por miedo a que nos duela la vida”
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