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El fruto de la oración es la intimidad
El germen de la intimidad es el amor
El germen necesita de vos
El fruto necesita de vos
El resto, es un milagro
Fundirse íntimamente en la oración es devoción.
Devoción es amar con ternura y confianza
Deponiendo cada intento de que sea diferente
Lo que es perfecto en sí mismo.
Romper la fragilidad de lo íntimo
Es colocar el pavimento hacia el propio desierto
Es fijar el empedrado hacia los infiernos.
Es, sencillamente, renunciar al Amor

La Paz es la comunión del ser humano con la Creación del Creador.
Oración incesante e íntima con el Amor
Sumar con lo que se desvanecerá el ínstame presente.
Sumar con delicadeza en la ofrenda.

Y te prometo que lo que cuento es por boca del Mayor Amor Vivido y Jamás contado.