Ser grandes en lo pequeño

Reencontrarnos con la ternura
Querernos
bonito
Tenernos incondicionalmente

La vida es una obra de teatro que no permite ensayos. Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos”

—Charles Chaplin—
Requete... Clown

Experiencia Formativa y Esencia Vívida

Un ciclo de 7 encuentros para acercarnos al núcleo del trabajo interior, regresar al hogar de ser uno mismo en esta existencia. Retomando nuestra amistad.

Viendo y viviendo nuestra grandeza y nuestra pequeñez acompañados, aderezados, salpimentados, sin excluir nada, sin aparentar más ni menos. Ser.

Sentido y dirección… ¡Disfrutemos!

Con una pedagogía del placer, del humor, del amor… del eterno intento.

Retomar la senda de la diversión, del jugar por jugar, del ser en el estar, de compartir lo que es…

Arriesgarnos a lo que emerge sin necesidad de perpetuar clichés internos que nos dan status de buena persona mientras nos hace perdernos de la espontaneidad de ser nosotros mismos.

Abrazar nuestra grandeza a través que querer estar siempre y dejar que todo sea en la presencia propia con todos los sentidos abiertos a la escucha y la participación.

Reconciliar lo que excluimos de nosotros mismos por inconveniente y abrazar con todas las fuerzas lo que es hoy y siempre.

Comunicar quienes somos. Mostrarnos. Atrevernos. Sabernos ridículos y pequeños y de ahí nuestra enorme capacidad de tener voz propia y contarnos con amor las experiencias.

Rebelarnos con el tirano interno que nos hace mirar todo desde un único ángulo lineal y permanente mientras se va revelando en nosotros todo lo que está pendiente de ser jugado, explorado, vívido… acogido y amado.

Volver a casa, a uno mismo. Autoconciencia honesta y amorosa, delicada y tierna. La máxima expresión del ser… la amorevolezza: ser amigo de uno mismo para estar conectado con la experiencia de la vid.

7 Sendas propuestas a través del Arte y/del Clown… ¡Atrevámonos!

Seis encuentros de fin de semana y un último encuentro residencial donde atesorar la experiencia y el amor acumulado a lo largo de las sendas exploradas…

1. Pertenencia y seguridad

2. Creatividad espontánea

3. Decisión y fuerza

4. Amar lo que es

5. Cantar y contar

6. Rebelarse para revelarnos. Inspiración

7. Conexión con tacto

Terminamos para comenzar… El arte mayor de la experiencia espiritual en esta Encarnación es hacer poco y ser mucho, de ahí que menos es más. Intervenir lo menos posible y permitir que la vida sea con sus propias leyes.

De ahí, en la fusión con el todo, uno solo puede activar su cuerpo, despertar sus sentidos y agudizar la escucha y el ingenio.

Solo somos si hay otros y juntos, en una especie de juego con reglas sencillas todo puede darse.

Conjugar eso nos ofrece la libertad de cuidar nuestra propia divinidad de ser quienes somos, siempre eternos, finitos y cambiantes, como el agua.

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